El pudding de chocolate es una de las formas más simples de postre a base de chocolate que se conocen. Pero para hacer en casa este postre que hace las delicias de grandes y pequeños no hace falta ninguna sofisticada técnica ni horas de trabajo. La receta que os propongo a continuación es una mera guía para lograr esto y, aunque está bastante equilibrada en cuanto a dulzor/fuerza del chocolate, fácilmente puede adaptarse al gusto personal de cada uno.
Chocolate pudding
Cantidad: 4 raciones
50 gr. de chocolate negro (50%)
¼ cup (50 gr.) de azúcar blanco
2 ½ tablespoons (25 gr.) de maicena
2 tablespoons (10 gr.) de cacao en polvo
⅛ teaspoon de sal
2 cups (480 ml.) de leche entera
½ teaspoon de extracto natural de vainilla
Para servir (opcional):
Nata montada
- Rallar el chocolate bien fino (ayudará a que se derrita antes) y reservar.
- En un cazo mediano poner el azúcar, la maicena, el cacao en polvo y la sal. Añadir la leche y mezclar con unas varillas hasta que el cacao y la maicena se disuelvan. Calentar a fuego medio-alto, removiendo constantemente con una cuchara o espátula de silicona, hasta que la mezcla hierva y espese (5-7 minutos). Añadir el chocolate rallado y mezclar hasta que se derrita. Retirar del fuego, añadir el extracto de vainilla, remover bien y rellenar los moldes. Aunque parezca que aún está algo líquido no os preocupéis porque una vez en la nevera se espesará y acabará teniendo la textura correcta.
- Tapar los moldes con film transparente (que esté en contacto con el pudding si queréis evitar que se le forme una película encima), dejar que se templen y meterlos en la nevera como mínimo 2 horas.
- Se puede consumir sólo, o con nata montada
- Podéis utilizar tanto el cacao en polvo natural como el alcalizado (yo utilizo éste), pero en ningún caso utilicéis mezclas a base de cacao tales como Colacao, Nesquik, Paladín, etc.
- No dudéis en usar diferentes chocolates (con leche, del 70%, etc.) o una combinación de ellos para darle diferentes matices al pudding.