El Currywurst es el fast food por excelencia de Alemania, famoso por todo el país aunque originario de Berlín. Consiste básicamente en salchicha acompañada de patatas fritas o panecillo, y con su típica salsa de tomate y curry. Las versiones más básicas, y algo cutres, simplemente mezclan kétchup y curry, pero la versión casera me ha gustado mucho más. Si os gusta más picante añadid un poco de cayena.
Picar la cebolla y el diente de ajo. Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén y sofreír ambos unos minutos. Añadir el tomate con sus jugos y la cucharada de azúcar, y dejar reducir unos minutos.
Incorporar el puré y vinagre de manzana, la mostaza y la mezcla de curry. Salpimentar y mezclar bien. Dejar cocinar a fuego suave hasta que reduzca y espese y el tomate esté casi deshecho. Triturar con una batidora y devolver a la sartén para que reduzca hasta la consistencia deseada.
Cuando la salsa esté casi lista, calentar un poco de aceite en una plancha o parrilla y cocinar las salchichas a fuego medio por ambos lados, procurando que no se doren demasiado. Rectificar de sal y azúcar la salsa y servir.
Con qué acompañar el currywurst
Lo más típico para degustar el currywurst alemán es trocear las salchichas en rodajas gruesas y servirlas con la salsa en una pequeña bandeja o fuente de cartón individual. Se puede acompañar de patatas fritas o de un panecillo tierno, y se suele comer con un tenedor desechable. Claro que también podemos servirlo en platos normales y acompañarlo de una ensalada para equilibrar un poco el menú.