La masa crujiente se prepara con pasta filo o pasta brick, la que vosotros prefiráis, así nos evitamos tener que amasar y el resto pues es cosa de niños, simplemente filetear la fruta lo más fina posible y ponerla encima de una deliciosa base de almendra.
Comenzaremos precalentando el horno a 200 grados con calor arriba y abajo. Con un cuchillo bien afilado o una mandolina cortamos el mango en finas rodajas. Reservamos.
Para hacer la base, ponemos en una bandeja de horno una lámina de pasta brick, la pintamos con mantequilla derretida y la espolvoreamos con azúcar las. Repetimos esta operación con el resto de las láminas.